De una vez por todas me decido a escribir públicamente. No es que lo haga tan mal. Es la condenada censura que no me deja. Por eso empiezo con un seudónimo y espero con el tiempo animarme a mostrar mi verdadero nombre. En este momento lo necesario es poder expresar y mostrar algunas ideas y pensamientos.
Andanzas tendrá el objetivo de contener el camino que he andado. Así como la danza de mis ilusiones y fantasías. Abarcará mis sueños oníricos y la esperanza que es el generador de vida que me mantiene en este plano de existencia.
El ejercicio de escribir es un vicio añejo en mi. Lo hago desde que aprendí a trazar las primeras letras y fasciné a mi papá con mensajes cortos. "papi te amo", "papito eres todo para mi" y otras cartitas más largas siempre para el mismo destinatario, mi papá. Algún día se le ocurrió decir que le gustaba mucho que le escribiera, así que le escribí sobre lo que quería, lo que pensaba, lo que sentía. Conforme crecí mantuve un diario personal y cada vez menos le escribí a mi papá.
La intención de escribir, primero fue expresar lo que fuera que hubiera. Ahora representa el poder descubrir algo de mi que en la cotidianeidad no logro ver.
A veces me inquieta el que no tengo, como otros, una pasión única. Muchas cosas me interesan. Por ejemplo me interesa como se construye la mente de un niño y como construye su mundo. Me fascina la fotografía y tratar de entender como se conformó el universo; los animales, la naturaleza; las leyes universales y las estructuras socio-económicas de algunos países. Me gusta cocinar pero no siempre estoy dispuesta. Amo comer bien. Nada procesado. Soy adicta al chocolate y al café y a los besos en la boca. Gozo de las manifestaciones artísticas, no solo de los seres humanos, sino de los animales y de la naturaleza. Entiendo bien de las necesidades de los demás porque reconozco la mía. Quisiera compartirme con alguien más...y no encuentro con quien.
Por mucho tiempo la soledad fue justo lo que necesité. Sin embargo, hoy me pesa.
